domingo, 13 de abril de 2008

Sendero y el MRTA

Terrorismo Ideológico en el Perú

Es un hecho expresivo de violencia con sus más variadas formas de presión y crueldad tanto en el ámbito nacional corno internacional pueden tener fines políticos, religiosos, económicos y culturales, creando incertidumbre, infundiendo terror en los sectores más vulnerables.

Antecedentes históricos:
La inestabilidad política existente durante la década de 1920 y 1930 dio piso frecuentes actividades terroristas. El terrorismo tendió a integrarse dentro del conflicto más amplio de la II guerra mundial Sus objetivos:
1) Separar a la población de la autoridad y ganarla con la revolución.
2) Destruir organizaciones de la sociedad: politicas, religiosa.

Procedimiento del terrorismo peruano (SL y MRTA)
El fenómeno sangriento en el Perú empieza a partir de 1980 cuya máxima representatividad se encuentra en dos grupos denominados: Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Estas dos representaciones tienen su historia, su inicio, su expansión y su caída con el desarmamiento de sus campamentos, la ruptura de sus organizaciones, la operación de Chavín de Huántar y la captura de sus líderes: Abimael Guzmán (SL) (Víctor Polay Campos MRTA). Ellos impartieron violencia a lo largo de 14 años, causaron temor, desolación y muerte arrasaron con vidas humanas, con la economía nacional y la libertad.

Consecuencias subversivas:
Costo social:
· Fueron causantes de la muerte de 26829 personas
· La mayor escala subversiva se dio durante los años de 1983 y 1984.

Costo económico:
Sus persecuciones se orientaron al sabotaje contra instalaciones, obras de arte, vías de comunicación, torres de alta tensión, infraestructura, que significaban medios de desarrollo y progreso.
Pérdidas económicas que superaban los 26 millones de dólares.

¿Quiénes son los verdaderos terroristas?
En el caso peruano no sólo se dio el terrorismo social, sino también el terrorismo político. El poder político y control de la prensa, que en Perú funcionó como una unidad diabólica, sirvió entre otras cosas para legalizar los fraudes electorales, y sobre todo para encubrir los crímenes de las fuerzas armadas y militares Desde el 1980, la propaganda oficial (desplegada por la prensa) encubrió la acción criminal de los militares, y en algunos casos (la matanza de los penales 1986, y 1992) preparó el terreno psicológico para que el ejército asesinara a cientos de acusados de pertenecer a la guerrilla maoísta.
La historia recuerda, cómo abominables genocidios cometidos por los militares en la zonas rurales, fueron presentados por la prensa peruana como “algunos excesos”, o “muertes a manos de desconocidos”. La memoria de los peruanos no olvidará con facilidad, el papel de la prensa en la militarización de las universidades y de las poblaciones pobres.
La prensa aplaudió el ingreso de las tropas de elite en los claustros universitarios para cazar “senderistas”, y felicitó al ejército cuando tomó por asalto las barriadas y pueblos pobres considerados “zonas rojas” bajo el “control de Sendero”. Esta misma prensa, lanzó vivas de victoria cuando el gobierno impulsé la formación de las criminales rondas campesinas y grupos de defensa civil (400 mil miembros) para luchar contra el “terrorismo”. Las rondas, junto con el ejército, han sido causantes de miles de asesinatos en el campo.

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