sábado, 21 de mayo de 2011

Cuántos robos debemos esperar

Viajar en combi te permite conocer los temas de mayor interés de cierto sector de la población, algo así como los Trendig Topics en la conocida red social Twitter. Y no solamente las elecciones preocupan a los piuranos, sino también –y desde hace un buen tiempo- la inseguridad ciudadana.

Las portadas de los diarios locales provocan el inicio de la conversación entre pasajeros. “¡Cuántos asaltos!”, “¡Ya no podemos vivir tranquilos!”, “Piura está cada vez peor”, así se expresan desde una cólera contenida, quizás por una mala experiencia, hasta la resignación. Por su puesto que primero se culpa a los Gobiernos de turno, a la policía e incluso a la mala suerte.

Hubo un comentario que me ha inquietado de sobremanera. “¿De qué sirvió esa marcha contra los asaltos?”, dijo una señora. Y su compañero de viaje agregó con una sonrisa irónica: “Creo que en esta semana han robado más”. Desde luego que estas dos personas no habrían participado en esta actividad, porque como suele ocurrir con muchos piuranos miramos estos temas con total indiferencia.

Y pues estamos de acuerdo en que lo que se hace para contrarrestar la delincuencia es muy pobre, casi nada. No se logra articular una política efectiva para disminuir la incidencia delictiva. Cuándo se busca una explicación se dice que la falta de dinero impide una mayor contratación de policías, serenos, compra de cámaras de vídeo vigilancia, entre otros aspectos.

Los policías deberían cambiar de actitud frente a los denunciantes, porque muchas veces se convierten en cómplices cuando sacan provecho de la desgracia ajena. Si no fuera así, no existirían las propinas o “déjame para la gaseosa”, una mala costumbre que busca agilizar un trámite, pero al final del cabo termina siendo un vil robo. Por esta razón quien sufre una falta o delito menor, prefiere quedarse callado.

La población exige de sus autoridades un mayor compromiso. Está bien que la municipalidad se endeude para mejorar la seguridad y ojala de una vez por todas se compre las cámaras de vídeo, pero luego no nos vuelvan a salir con la misma cantaleta de licitaciones a paso de tortura e inversión al agua. En ese sentido, todos debemos de cambiar si queremos una Piura mejor.

Pero también la participación de la ciudadanía, de los vecinos, es clave para recuperar la tranquilidad en las calles. He allí el éxito de estas marchas multitudinarias que logran concienciar sobre el rol que nos toca. Con miedo y sin organización no podemos enfrentar este flagelo desde nuestro barrio. Ahora es tiempo de unir todos estos esfuerzos, desde el Gobierno y la sociedad civil, para lograr la ansiada paz.

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