Peligroso “choking game” se impone como moda a través de la red y en Piura ya cobraría su primera víctima
No es un juego
En otros países hay cientos de víctimas mortales, mientras en el nuestro aún se confunde con el suicidio por falta de investigación.
El año pasado, en menos de una semana fallecieron dos niños en nuestro país por la supuesta práctica del choking game o “juego de la asfixia”. El pequeño piurano Diego es uno de ellos. Las investigaciones continúan con el debate para determinar el móvil: suicidio o juego letal. No obstante, la sirena de alarma está sonando.
El internet se ha convertido en una ventana al mundo. Cada segundo se procesa millones de datos de información que nos son útiles. Al mismo tiempo, ésta se muestra incontrolable, por lo que los más vulnerables –niños y adolescentes- acceden a ella. Pornografía y violencia es una pequeña muestra.
Ingresando al Youtube (www.youtube.com), buscamos este juego o sus variantes: Space Monkey, Fainting, Pass Out, Game, Black Out Game, American Dream, Flatliner or Flatline… la lista no acaba. Los videos comienzan aparecer uno tras otro. Un grupo de jóvenes incitando a su amigo para que se “ahorque”, después de unos segundos todos se matan… pero de risa. Un video típico. Hay quienes se animan a colocar comentarios que van de rechazos a hurras desmedidas.
Choking game
El juego consiste en cortar el suplemento de aire que contiene la sangre del cerebro mediante el ahorcamiento. Algunos chicos se ahorcan solos, pero otros lo hacen con la participación de amigos, a través de cinturones, sábanas o sogas. Después del estrangulamiento breve, el aire retorna al cerebro, produciendo una pasajera sensación de euforia y algunas veces pérdida de conciencia por hiperventilación.
“A nivel del cuello pasan arterias importantes (carótidas) y la vía respiratoria que al ser obstruida provoca en el cerebro falta de oxígeno”, explica el neurólogo José Cruz Vílchez del Hospital II Jorge Reátegui. Agrega que nuestro cerebro soporta hasta cuatro minutos sin oxígeno. Por otro lado, también se estimulan los nervios llamado vago que provoca pérdida del tono muscular, produciendo síncope o desmayo. “Esta estimulación ocasiona que el cerebro descargue sustancias de satisfacción, como la adrenalina y la endorfina”, sostiene el médico. Lo que buscan los jóvenes al experimentar, al igual que las drogas, una nueva aventura.
Aventura a la muerte
“La mayoría de los chicos no tienen idea de lo peligrosa que es esta actividad", dice el doctor Thomas Andrew, pediatra y especialista en medicina forense que lidera Stop the choking games, uno de los grupos orientados a terminar con este juego en Estados Unidos.
Según Johnson, no es una práctica que se reduce a niños o adolescentes con problemas; el choking game sucede entre buenos estudiantes y personas estables. Nos encontramos ante un “juego de moda” que se expande como pólvora. Los niños no saben que pueden perder la vida o sufrir daños cerebrales irreparables.
Este juego siempre es peligroso, pero lo es aún más cuando quien lo practica se ahorca a sí mismo: al hiperventilarse puede perder la conciencia, y al estar inconsciente es incapaz de desenrollarse el cinturón, la sábana, la soga o lo que haya usado para provocarse el ahorcamiento. Probablemente; lo que ocurrió con el pequeño Diego, al utilizar una correa para estrangularse en la sala de su casa.
El neurólogo Cruz Vílchez manifiesta que al jugarse en grupo, la bofetada sirve como mecanismo de reacción. La víctima puede experimentar desde la alucinación o alguna especie de sueño, aunque efímero, y obtener de nuevo la consciencia, pero moviendo las manos y pies o ambos, involuntariamente como en reflejos, parecido algún animal que se mueve aun después de muerto. Esto ocasiona entre los espectadores "gracia" o diversión.
Calidad de tiempo
Para el decano del Colegio de Psicólogos de Piura, José Fiestas Purizaca, la influencia de los medios de comunicación social es extraordinaria; pues induce a los niños a cambios de conducta. “Los pequeños imitan los personajes ficticios de la televisión y del internet”, comenta.
Fiestas Purizaca advierte que en hogares donde los niños tienen mayor acceso a las nuevas tecnologías y los padres se ausentan por el trabajo, hay mayor riesgo de adicción que originará una ludopatía. Asimismo, recomienda a los padres de familia estar pendientes de sus hijos. “Del poco tiempo, dar calidad de tiempo”, sugiere.
Por otro lado, los problemas familiares acarrean depresiones en los niños. “La influencia de los medios más la depresión es una combinación mortal”, resalta Fiestas.
- Marcas rojas alrededor del cuello.
- Nudos en las sábanas, cinturones tirados en la habitación, sogas o cualquier tipo de elemento que pueda servir para ahorcarse.
- Marcas en los muebles de su habitación (por haber intentado colgarse o haberse colgado).
Desorientación, síntomas de estar muy distraído después de haberse quedado solo. - Inusual necesidad de privacidad (no deja entrar a los padres al cuarto, se encierra con llave, quiere estar solo).
- Ojos rojos, inyectados en sangre.
+(i) Los menores que incursionan en actividades riesgosas o destructivas responden a menudo al siguiente perfil: tienen dificultades para relacionarse con los demás, están en busca de sensaciones nuevas y provienen de familias disfuncionales en las que hay poco control de su tiempo libre. El internet ofrece ideas peligrosas.
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