sábado, 19 de abril de 2008

Se pudre la U

Muchos universitarios miran la UNP como lo haría un transportista o transeúnte que transita la avenida Cáceres. Se fijaría en lo exterior, lo verde de sus campos y la infraestructura. Me parece que no percibiría el olor a putrefacto. Nosotros, los unepinos, padecemos un grave problema que impide usar el sentido olfativo.
Lo interior se pudre y no me refiero a estudiantes y catedráticos, sino a quienes dirigen nuestros destinos, hacen y deshacen con los recursos públicos.
Lo que pasó en Idepunp es una muestra de la corrupción. Toda está podrido, desde la alta esfera del poder y topa con esos grupetes que –especialmente- se acuerdan de los cachimbos cuando necesitan votos. Ya están preparando tremendas fiestas con una gran parafernalia comercial que no se sabe su fuente de financiamiento.
Hace unos días leí una nota periodística que realmente me causó preocupación. Tan desprestigiada está la UNP que la cifra de postulantes no llega ni a los 500, cuando antes sobrepasaba los 3000 y hasta 4000. No soy mezquino en afirmar que también obedece a la campaña publicitaria de las universidades privadas. Tampoco negarán que las huelgas y tras huelgas motivaron a los padres a no arriesgar la educación de sus hijos. La UNP es buena y eso se debe a excelentes catedráticos y sus estudiantes (los mejores que no dependen del tercio superior).
A puertas de salir de esta casa de estudios, nada le replico, pero sí cuestiono a sus autoridades por convertirla en su negocio. Trafican con las vacantes, compran libros fotocopiados en vez de originales… ¿Qué más habrá?
Nos da miedo confiar nuevamente nuestro voto (aunque seguramente yo no lo haré) en el llamado grupo de oposición porque terminaron ser peores que la enfermedad. La solución es de personas, espero que alguien se atreva a liderar esta universidad, con profesores, administrativos y alumnos probos. Recursos materiales hay, en humanos estamos en deuda. Ya es ahora de una Defensoría Universitaria sin que sea contaminada por partidos políticos.
Los egresantes tendrán que demostrar sus conocimientos en el campo de batalla y decir orgullosos: Salí de la UNP. Eso es lo que vale. Al Rector, le toca una ardua tarea de limpiar la imagen de la institución que representa. Lo dudo o quizás tratará de hacerlo para asegurar al siguientes y éste no lo investigue a fondo. La UNP inicia un estado de descomposición, por lo que urge una respuesta.

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