Un saludo a ese ser que tiene algo de divino, que ensalza cinco letras. Con su ejemplo nos enseña a decir sí a la vida, a encaminarnos por un sendero donde somos dueños de nuestros pasos y con dolor permite esa libertad para aprender cada día a superar los obstáculos. Cuando estamos caídos, nos anima a levantarnos porque ella es prototipo de perseverancia.
Mi madre Rosa (derecha) con su hermana Melva
Un homenaje a todas las madres, a quienes dieron vida a sus vientres y a las infértiles, especialmente a quienes demuestran que un esposo no hace falta. Una plegaria a nuestra madre excelsa, la Virgen, quien acompaña con dulzura a nuestras madres y bendice nuestros caminos.
Un saludo para sus mamis, porque ella no se merece hoy un Te Amo, sino los 365 días.
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