martes, 17 de mayo de 2011

Seamos tolerantes

Tranquilos esos ánimos.

Por estos días la gente anda muy sensible con el tema electoral. Si dices algo en contra del fujimorismo, si criticas a Keiko, rápidamente te tildan de humalista y sobre todo en las redes sociales prolifera una andanada de insultos. A veces me pregunto si quién parece que me odiara tanto con su crítica mal intencionada no fuera peruano como yo y lo que es peor no fuera piurano. A lo que hemos llegado en esta segunda vuelta.

Lo mismo ocurre si hablas mal de Ollanta Humala, al toque te dicen “eres un anaranjado”. ¿Acaso no tienes memoria?, preguntan. Y aunque muchas cosas que se dicen y escribe son ciertas, la intolerancia está reinando, cobrando vigencia aquella frase: no hay peor enemigo de un peruano que otro peruano. Defendemos con tanto apasionamiento nuestras ideas y posturas políticas que nos olvidemos que nos estamos tratando entre personas, entre peruanos. Cada día nuestro país se polariza más.

Y todas estas críticas y hasta enfrentamientos de grueso calibre tienen que ver con lo que dicen las encuestas: cada candidato tiene un antivoto del 40%. Una cifra muy alta por cierto. A ello se explica el afán de ambos candidatos de ubicarse en el centro, dejando postulados de sus planes de gobierno y jurando por Dios que no cometerá las mismas torpezas de gobernantes anteriores. ¿Conquistarán así más votos? Sobre todo de quienes aún están indecisos o no piensan votar por ninguno.

La intolerancia ha llegado también a atacar a quienes han decidido viciar su voto o dejar en blanco la cédula. Los llaman conformistas. También les mete miedo que su decisión favorecerá al que está arriba. No se sabe si es a Keiko o a Ollanta porque las encuestadoras no se ponen de acuerdo.

Desde aquí yo les digo que respeten la opción que tomemos, ya sea por uno, por otra o por ninguno, porque estamos en democracia y si respetamos demostraremos un valor que estamos perdiendo, la tolerancia. Yo confío en que se realice un proceso electoral transparente y sepamos aceptar los resultados, aunque no nos guste como lo hicimos en la primera vuelta. Quien gane no recibirá de sus electores y de quienes no lo eligieron un cheque en blanco, sino un contrato de honor.

0 comentarios:

Share

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More