domingo, 13 de abril de 2008

Para que no se repita

La Comisión de la
Verdad y la Reconciliación


A raíz de los sangrientos acontecimientos por los que pasó nuestro país entre los años de 1980 — 2000, el gobierno transitorio de Valentin Paniagua crea La Comisión de la Verdad, encargada de averiguar estos hechos de violencia ocurridos durante el conflicto armado interno, Su responsabilidad es señalar los autores de los crímenes y proponer iniciativas para promover la paz y la reconciliación entre todos los peruanos. Meses más tarde, el 4 de noviembre del mismo año, el presidente Alejandro Toledo amplía su denominación a Comisión de la Verdad y Reconciliación.

¿Por qué Reconciliación?
La Comisión de la Verdad y Reconciliación entiende por “reconciliación” la puesta en marcha de un proceso de recuperación de los vínculos de unión entre los peruanos, los cuales fueron destruidos por el estallido de un conflicto violento iniciado por Sendero Luminoso en la década de [980. yen el que la sociedad entera se vio involucrada. El proceso de la reconciliación sería posible, por el descubrimiento de la verdad de lo ocurrido en aquellos años -tanto en lo que respecta al registro de los hechos violentos corno a la explicación de las causas que los produjeron- así como por la acción restauradora y sancionadora de la justicia. En tal sentido, la reconciliación comprende tres niveles: 1. Nivel Político, es una reconciliación entre el Estado, los partidos políticos y la sociedad. 2. Nivel Social, es una reconciliación entre las instituciones y la sociedad entera, de modo especial con los grupos étnicos siempre postergados: y 3. Nivel interpersonal, es una reconciliación entre los miembros de comunidades que se vieron enfrentados a causa de la violencia generalizada.

Metodología: Opiniones y Experiencias
La propuesta de de la Comisión de la Verdad y Reconciliación es de naturaleza práctica. Ha recogido la opinión de muchos sectores porque considera que el tema de la reconciliación concierne a todos los miembros de la sociedad, ya sea los importantes sectores políticos y de reconocidos intelectuales del país, así como también de las propuestas expresadas por cientos de jóvenes, dirigentes populares y comunales, amas de casa y autoridades locales. El Informe recoge más de cuatrocientos testimonios directos sobre un total de aproximadamente novecientos documentos primarios. Las propuestas de los ciudadanos, plantean:
1. Reconstruir el pacto social entre sociedad y el Estado y generar las condiciones para que la sociedad se reconcilie consigo misma y la violencia no se repita.

2, Realizar un diagnóstico del estado de la reconciliación en nuestro país, presentado en dos tiempos: a) los límites estructurales e históricos de la reconciliación en el Perú y b) los retos de la reconciliación y de las experiencias de convivencia luego del estallido del conflicto hasta nuestros días.

3. Recoger las perspectivas que la problemática de la reconciliación conlleva, a partir de distintos niveles de la experiencia humana, como son el ámbito individual, la experiencia religiosa, el ámbito social y la experiencia política.

4. Señalar las dimensiones de la reconciliación, entre ellas el papel de la reforma del Estado, la construcción de ciudadanía, la lucha contra la pobreza, la memoria histórica, la educación en valores, y otros.

Reconciliación: La necesidad de conocer la verdad
Durante muchos años las personas que buscaron conocer el paradero de sus familiares fueron engañadas para impedir que se encuentre la verdad y se haga justicia. Ocultar, distorsionar, mentir, desinformar han sido métodos usados para encubrir el asesinato, la violación a los derechos, y el paradero de los muertos en combate. Existe una desinformación y un desconocimiento muy grande del paradero y de las acciones de las personas. La necesidad de conocer es el punto de partida sobre el que se basa el trabajo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Brindar un testimonio o participar en una Audiencia Pública significa colaborar con el esfuerzo por conocer la verdad de los hechos. Es un acto que reconoce la importancia de buscar la verdad a pesar del dolor que conlleva y que expresa la necesidad de resolverlo adecuadamente con la verdad y la justicia.

Reconciliación: Hagamos Justicia
Hemos visto que la reconciliación concierne diferentes ámbitos, La justicia es condición necesaria de la reconciliación, Así como la reconciliación se apoya en la justicia, ésta se apoya en la verdad. No hay justicia sin verdad. Para hacer justicia en algunos casos se tendrán que reabrir los procesos. Solamente con el conocimiento de lo que pasó se puede ejercer justicia y buscar la reconciliación. La justicia también presupone el tema de la igualdad ante la ley. Para ejercer justicia se necesita que haya dos partes y que éstas estén en pie de igualdad. Si no hay igualdad no se llegará a la justicia. La parcialidad y la desigualdad conspiran contra el sentido de imparcialidad e igualdad que dirige todo proceso de justicia. Admitir que los que han cometido crímenes son también personas, equivale a decir que el reconocimiento de la condición del perpetrador no impide su sanción. Asimismo, la justicia exige imparcialidad y honradez de parte de quien ejerce la justicia. Hemos sido testigos de que en muchos casos la corrupción del poder judicial conspira contra el ejercicio de la justicia, cerrando casos y aparentemente heridas que aún continúan abiertas, La justicia debe sancionar al que ha cometido crímenes y deja sin culpa al que no los ha cometido, Hay que tener presente que “La reconciliación es posible si hay justicia”. Por ello, es indispensable superar la injusticia, la arbitrariedad, la mentira y la parcialidad de los jueces y fiscales. La reconciliación tiene en Ja justicia un esencial sostén que la hace posible y que permite que los acuerdos alcanzados sean reales y perdurables. En este sentido la justicia es condición y resultado de la reconciliación.

Reconciliación: Reparación de Daños
El proceso de Reconciliación involucra también que el Estado y La sociedad tomen nota para reparar en lo posible a las víctimas de la violencia. La política de reparaciones deberá tener en cuenta: 1. La recuperación y ayuda a las personas dañadas psicológicamente por la violencia y sus secuelas. No hay manera de enfrentar las secuelas de la guerra exitosamente si no se trabaja con intensidad en reparar el daño producido en la conciencia psicológica e individual y colectiva de las personas. 2, Plantear una propuesta concreta de desarrollo económico y social —individual y colectivo- que revierta las secuelas del conflicto armado interno. El Estado debe enfrentar estos desafíos que la reparación económica individual y colectiva exige sin hacer distinciones de ningún tipo 3. Incluir una propuesta precisa que dé garantías normativas y jurídicas para impedir la violación de derechos y para institucionalizar prácticas democráticas N de consulta permanente. 4. Realizar un plan de exhumaciones a nivel nacional y de sepultura de las víctimas también es imprescindible, ya que mantener viva la memoria de lo que no se debe hacer se transforma en un instrumento valioso del trabajo de reparación.

Reconciliación: Posibilidad de Futuro
La reconciliación supone una comunidad justa y un proyecto político basado en una nueva conducta ética, que plantea a futuro el proyecto de restaurar los vínculos sociales quebrados en una situación previa de conflicto armado, Nos enfrentamos, por ello, a la difícil tarea de generar una nueva mentalidad en donde imperen los valores éticos y la justicia. Al afirmar y tener como condición a la justicia, basándose en la defensa y aplicación de los derechos humanos la reconciliación crea la posibilidad de reconstruir el futuro, a través de un pacto social. Mirar hacia el futuro y rediseñarlo. Lo primero es determinar que lo ocurrido no se vuelva a repetir, que la violencia no regrese nunca más. Después de haber sufrido mucho, el futuro debe ser diferente, El Estado y la sociedad en su conjunto deben apuntar a la misma misión: la construcción de un proyecto social y político democrático. La reconciliación exige preservar aquello que se considera importante. La tarea, tanto de los jóvenes como de los mayores, es evitar que nuestro país se destruya.

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