El compromiso con la paz y el
orden de los medios informativos
La violencia como lo señala Carlos Soria es parte integral de la historia del hombre. El terrorismo es una forma nueva de violencia política, que recurre a la espectacularidad para atraer la atención sobre sus objetivos. Carlos Soria: los medios deben asumir una cierta responsabilidad en la tarea de pacificación de la sociedad. “En la gran aldea global los criterios de la violencia clásica no son aplicables al terrorismo porque generalmente sus acciones se producen con el propósito de convertirse en noticia”. El terrorismo no es un acto, es una actitud cuyo fin es provocar terror, haciendo sentirse a cada hombre un posible blanco. Así como las características propias de la noticia hacen de la información un elemento de fácil manipulación por el terrorismo, el periodismo moderno presenta una serie de riesgos que -de ser o no ser manejados con cautela- puedan también ser objeto de manipulación.
Prensa poder y terrorismo
"Los medios de comunicación, en la forma que presentan los hechos, hacen de caja de resonancia de los terroristas”. El terrorismo siempre tiene la necesidad de que el resultado de sus acciones aparezca en los medios, eso supone la afirmación de una crueldad pasmosa. La relación entre noticia y hecho se invierte: las noticias existen porque se dan determinados hechos fortuitos, pero con el terrorismo se invierte y se dan hechos para que necesariamente existan noticias. Roland Barthes: ‘Si es político, es una información, si no lo es, es un suceso”. Frederick J. Hacker señala que lo que quieren los terroristas es impresionar. Esta estrategia de terror que supone un chantaje al poder de los gobiernos, tuvo su pleno desarrollo a partir de la conformación del Estado de Israel puesta en práctica por Menagen Begin. Esta dependencia ha conducido a algunos teóricos a afirmar que, si no existiesen os medios de comunicación, no existiría el terrorismo, ya que “si no hubieran medios masivos, no se producirían esos actos destinados a ser noticia”.
Errores éticos del periodismo frente al terrorismo
Carlos Soria agrupa en ocho los dilemas a que se enfrentan los periodistas en su quehacer profesional, En el caso de! terrorismo, estas desventajas juegan a favor de los terroristas, quienes hacen uso y abuso de ellos.
1.- Culto al objetivismo frente a los hechos prefabricados Ser correas de transmisión (espejos), ante la aparición de pseudos acontecimientos o noticias prefabricadas.
2.- Culto a la rapidez Lo inesperado de los atentados terroristas acelera la toma de decisiones: “escribir primero y pensar después”.
3.- Culto a la competitividad. Se hace difícil no publicar aquello que si no se difunde, la competencia si lo publicará.
4.- El culto al mimetismo respecto de las fuentes. Mimetismo que se traduce en la utilización de la misma terminología terrorista e inadecuada calificación de los atentados.
5.- Culto a la Violencia. El terrorismo se ha convertido en una forma de entretenimiento de masas. Se crea una falsa imagen de sociedad hiperviolenta.
6.- El culto a las malas noticias. Terroristas han hecho suyo el aforismo anglosajón que dice “las malas noticias son buenas noticias”, mientras que ‘las buenas noticias y la falta de noticias son malas”.
7.- Culto a la información en directo. Los terroristas también ven televisión, escuchan radio y leen periódicos, indirectamente les revelamos todo, como las maniobras y planes (sorpresa) de la policía.
8.- Culto a lo espectacular. Hay selectividad de lo espectacular frente a lo normal. Por ello los atentados terroristas son muy atractivos y espectaculares para ser trasmitidos continuamente.
Cómo informar bien frente a los hechos terroristas
Frente al terrorismo, el periodista se enfrenta a diversas opciones. Si los terroristas persiguen publicidad en sus acciones, pareciera que lo mejor es no informar o informar limitadamente. Así, una opción es la tesis del silencio, pero no parece viable según Soria, ya que ningún medio estaría dispuesto a no informar ya que la competencia si lo haría. Si no se informa, en consecuencia aparecería la desinformación, el rumor, el bulo, el miedo, efectos más negativos que los que la información pueda inducir. El Periodista deberá partir de la premisa: la noticia es real. Lo que podrá juzgar es si esa noticia ha sido manipulada o no. Si se 0pta por la propuesta de la información limitada. En este caso oculta u omite parte de la información y juzga lo que el público debe o no conocer de esa realidad, lo que puede llevar a una confusión o a una “verdad a medias”. La opción por la tesis de la información selectiva de calidad parece ser la que más se aviene con el quehacer periodístico. Esta postura implica la entrega de información con responsabilidad. Lo importante es que el periodista ubique la noticia en su contexto, obviando toda carga ideológica y sin transformarlo en una justificación del acto. El periodista y los medios de comunicación en general no pueden mantenerse neutrales ante el fenómeno terrorista. El tratamiento informativo debe reflejar en su verdadera magnitud las implicancias y las consecuencias de esta nueva forma de violencia política.
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