domingo, 13 de abril de 2008

Ensayo periodístico

Sin analfabetismo,
mejor democracia

Jorge Luis Merino Marchán

Al igual que el escritor argentino Rodolfo Rabanal, afirmo que “no hay democracia con analfabetos”. Quienes no aprendieron a leer ni escribir se marginan de un sistema que propugna derechos y obligaciones (no necesariamente bien ejercidos) que ellos ignoran. La manipulación reina en estos sectores sumidos en la pobreza y el olvido. ¿Quién se preocupa? Quizás personas con intereses antojadizos.
El Perú atraviesa por un período extraordinario de crecimiento económico que se inició en el 2002. La tasa en los últimos seis años es de 5% anual. En el 2007, el crecimiento del Producto Bruto Interno fue de 8,3%, el más alto de los últimos 12 años. Dicha situación debería permitir que diversos sectores de la economía, del Gobierno Nacional, de los Gobiernos Regionales y municipales, cuenten con mayores recursos para desarrollar políticas que permitan superar los problemas que aquejan al país. Uno de los tantos es el índice de analfabetismo que sobrepasa el 12%. Nuestra región, Piura, aporta a la cifra con 126 998 iletrados (7.9% de tasa de analfabetismo)[1]. No sólo trae consigo consecuencias sociales que parece despreocupar al Estado, lo más grave, considero, es la exclusión del analfabeto del casi incuestionable sistema democrático. Para algo más de un millón y medio de piuranos, ellos no existen.
Por lo general, se dice que analfabeta es aquel que no sabe leer ni escribir. Pero en los últimos años ha surgido el término analfabetismo funcional. Otro de los problemas que supera el 12%. Con ello, se denomina a las personas que, si bien saben leer y escribir, no tienen el dominio suficiente para emplear estos conocimientos en los requerimientos de la vida diaria. Por ejemplo, el saber deletrear una oración no garantiza la comprensión de un simple artículo de un periódico. Y saber escribir oraciones cortas tampoco es garantía de poder escribir una carta o un relato simple.
Tomando en cuenta el analfabetismo funcional, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, OECD en inglés) emplea una definición más ambiciosa del analfabetismo. Una persona es alfabeta cuando puede leer, comprender y redactar un texto simple sobre su propia vida diaria.
La misma OCDE conduce, desde hace algunos años y a nivel internacional, programas para medir la calidad de educación. Este test, llamado PISA (Programme for International Student Assessment), incluyó al Perú en el 2001. El 54 % de los alumnos peruanos eran analfabetos funcionales, pues no lograban comprender el sentido elemental de los textos que leían.
La UNESCO también conceptualiza el analfabetismo funcional, como una incapacidad de llevar a cabo cualquier actividad, para la cual es necesaria la habilidad continua de leer, escribir y hacer cálculos con el fin de que el grupo y la comunicación funcionen apropiadamente. Otro de los indicadores es no cumplir con tres años de escolaridad. El mundo se enfrenta a un grueso problema, 771 millones de iletrados. De estos, 34 millones están en Latinoamérica, castigados con exclusión.
Desde la invención del alfabeto, aparece paralelamente el analfabetismo, pues desde la época más antigua el privilegio de poseer el alfabeto fue para un pequeño grupo social, casi siempre el dominante. Desde aquel entonces hasta nuestros días se ha progresado poco en muchas naciones americanas.
En la América sabemos que las culturas existentes antes de la conquista tenían sus sistemas de escritura, pero que estaba al alcance de cierta clase social reducida, estando la mayoría de la población en estado de analfabetismo.
Con la dominación española, el analfabetismo sigue su curso natural anterior, sin la menor reacción contra él, en sus idiomas si hubiera habido alfabetización general en la época incaica; se hubiera conservado aún a través de la colonia y esclavitud como se ha conservado la cultura, religión, etc. Aunque no en su totalidad, pero sí gran parte de ella.
Si bien en la época colonial se transplantó la cultura occidental y los sistemas políticos, jurídicos, económicos, etc. La instrucción constituyó un distintivo, un lujo de clases, y el analfabetismo un medio eficaz de esclavitud, de explotación y de prolongación de la dominación.
De esta etapa pasamos a la época republicana, en que el feudalismo español se transformó en feudalismo criollo y mestizo. El interés por mantener en la ignorancia a las masas fabricadoras de fortuna, mayorías productoras de riquezas, se mantuvo latente y no se hizo nada por mejorarlas en ningún sentido. Esta postración humillante en que nacen y mueren los individuos que no la comprenden, aunque la sienten y viven, hace que no aspiren a salir de ella por la ignorancia en que viven.
Otra poderosa fuerza determinante de la ignorancia, es la pobreza en que la condición de clases dominadas y explotadas, las han sumido; o las formas y medios de vida incipientes conocidas por tradición, no les permiten producir más ni salir de esa economía, insuficiente para la subsistencia.
Si dirigimos la mirada a las zonas populares urbanas veremos la miseria agobiar a las familias donde los hijos mayores, de edad escolar, ya van a trabajar para contribuir al sustento; o bien se quedan en la casa para cuidar a los pequeños y permitir que trabajen los padres. En las comunidades ocurre lo mismo, la preocupación de la lucha por la vida no permite ni siquiera pensar en que se pudiera asistir a una escuela. Está comprobado que en los hogares de mediana economía familiar, los hijos reciben algunos años de escolaridad, y entre los adultos son escasos los analfabetos[2].
Otras de las causas que originan y mantiene el analfabetismo son las diferencias de razas que a su vez determinan diferencias de clases sociales influidas también por la situación económica y así tenemos que los blancos, mestizos e indígenas, se someten gradualmente unos a otros y vemos, cómo el que se llama banco o la alta sociedad del dinero explota y presiona la clase media mestiza, y ésta, finalmente, junto con la primera someten a la ignorancia
y servidumbre a la raza indígena, clase social acomplejada ya, por el sentimiento de inferioridad frente a las otras.
Estos factores sociales de raza y clase mantienen a grandes grupos, en la ignorancia. También el ambiente y forma de vida que llevan hace que no tengan necesidad de usar este medio de comunicación, pues su mundo histórico, geográfico, cultural, económico, lo tienen a su alrededor y comienza y termina en su comunidad, viven un presente sin ayer ni futuro y si lo tienen es muy reducido el que está a su alcance.
Si no hay interacción social no hay necesidad de medios de relación y, por lo tanto, no aspiran a poseer la lectura.
También la diversidad de idiomas, de tradiciones, de culturas nativas autóctonas, hace que sea más difícil la culturización. El analfabetismo aumenta con carácter progresivo y constante, a veces por que una gran población de niños ni ingresan a las escuelas; otra buena cantidad que desertó de las aulas, otro porcentaje que fue aprobado y luego en otros analfabetos que olvidaron por falta de práctica, todos estos van engrosando las filas de los analfabetos ya existentes.
La creación de escuelas y la formación de responsabilidad del maestro aliviarían la creciente población analfabeta.
Las creencias, las supersticiones y patrones culturales, a veces absurdos, regulan la vida de ignorancia; y hacen difícil a veces imposible el avance de una acción educativa en estos grupos.
El analfabetismo es causa y efecto de sí mismo, pues a mayor analfabetos mayor analfabetismo.
Las consecuencias del analfabetismo se reflejan en tres aspectos: social, político y económico. Es un problema social grave, desde luego que es factor de exclusión y marginación, cuyas raíces se hunden en las profundas desigualdades sociales, por lo cual este factor está estrechamente ligado a los otros dos aspectos. Por ello, se ha visto analizar estas consecuencias a partir de una visión socio-política y socio-económica. Pero, también, es un factor que conspira contra nuestras posibilidades de desarrollo y de fortalecimiento de nuestra capacidad competitiva que, por última instancia, depende del nivel educativo promedio de nuestra población[3].
Desde el punto de vista socio-político, el analfabeto, no puede entender cuáles son sus derechos, debido a lo cual es marginado por la sociedad. Esto también, es motivo para aprovecharse de su ignorancia y explotarlo. Por otro lado, podemos ver que el analfabetismo también retrasaría la civilización, desarrollando más costumbres y supersticiones de antaño. Si bien los analfabetos ya viven lejos de una sociedad "civilizada", este problema hace que se mantengan como tal, cerrando las puertas a diversas oportunidades en una vida futura.
La pobreza es una de las causas del analfabetismo, a la vez, es una consecuencia, pues provoca mayor pobreza manteniéndolos en esa condición. El conocimiento tiene un papel decisivo en los procesos productivos; entonces, si no existe una buena educación, se estaría impidiendo que los niños, jóvenes y adultos de la sierra puedan desarrollar adecuadamente sus capacidades intelectuales y humanas[4]. Punto de quiebre de nuestra hipótesis. ¿Habrá democracia, si hay gente exceptuada de este mismo sistema por ser analfabeta?
Los distritos de la serranía piurana con mayor número de analfabetos son Huarmaca y Pacaipampa. El primero con 7 936 y el segundo con 4 762, siempre marcada por una considerable brecha entre hombres y mujeres. Hay más iletradas que iletrados, parte también de una cultura machista o de desigualdad de género.
En respuesta a alcanzar los Ocho Objetivos del Milenio; como erradicar el analfabetismo, logrando además la enseñanza primaria universal, el actual Gobierno inició el Programa Nacional de Movilización por la Alfabetización (Pronama) que como meta nacional al 2011 busca reducir la tasa de analfabetismo por debajo del 4%. Como tema aparte y vale mencionarlo, el problema no es tan simple como el presidente de la república, Alan García, propone en el Pronama. La idea del analfabetismo cero es, sin duda, buena, pero hay que tener en cuenta el tamaño del reto, las dificultades que enfrentamos[5].
En una entrevista con la responsable del Pronama en Piura que ejecuta el Gobierno Regional en convenio con el Ministerio de Educación, Jasmín Morán Acaro, mostró los resultados de 29 901 alfabetizados en una etapa básica, pertenecientes a los 42 279 atendidos de 22 distritos. Entre ellos, Huarmaca y Pacaipampa. Por diferentes variables, principalmente climatológicas, este año serán atendidas poblaciones con mayor número de analfabetos, como Tambogrande y Chulucanas.
Elegir y ser elegido es un derecho de todo Estado en democracia que se expresa mediante el voto secreto y universal. Un relato capcioso nos reflejaría una situación compleja. Mucha gente no quería votar por Alberto Fujimori, pero a la hora de sufragar se guió por aquel comentario manipulador de que si tachabas su rostro era un voto en contra. Una mentira que lo puso nuevamente dentro de Palacio de Gobierno. Sería otra falacia, si afirmara que fue una tendencia de millones de ciudadanos. El punto es la manipulación de este sector que, sin duda, es analfabeta. Es irónico de quienes defienden democracia y derechos humanos[6], cuando persiste el analfabetismo como mal cavernario.
La vinculación de democracia con las consecuencias del analfabetismo es clara. Nuestra mirada se centra en revisar el concepto de democracia participativa. ¿Por qué? Democracia Participativa o semidirecta es cuando los ciudadanos tienen una mayor participación en la toma de decisiones políticas que las otorgadas tradicionalmente en la democracia representativa[7]. Lo que promueven muchas ONG, pero dirigido a personas que no lo entiendo y sólo se guían por su pasiones extremas. Defenderse como sea ante una potencial agresión que amenaza al pueblo o su espacio natural.
Esta forma de democracia puede definirse con mayor precisión como un modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse, de tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas. La consulta popular sobre la actividad minera se sostuvo bajo este principio, amparado también en nuestra Carta Magna.
La participación política es un derecho importante del ser humano, pues le permite ser parte de las acciones dirigidas a construir el bien común y su propio futuro. Estar fuera de la política implica no tomar parte de las decisiones y ser solo objeto de ella, es decir estar discriminado.
La política está lejos de las personas, más aun analfabetas, porque no se manifiesta como una necesidad. En la práctica cotidiana, no se percibe su utilidad social o individual y la presencia del Estado y los servicios públicos básicos es muy reducida en amplias zonas del país (nuestra sierra como ejemplo). La primera dimensión de la exclusión política es la ignorancia de lo que significa democracia. Alrededor del 35% de los peruanos expresa abiertamente su desconocimiento de ésta y un 27% su desinterés por la misma. Son los mimos grupos que sufren exclusión económica y social, que no cuentan con una agenda política, pues sus preocupaciones están centrados en la sobrevivencia familiar. La otra cara de la exclusión política es una valoración positiva de la violencia. Así el 23% de las personas cree que la violencia es necesaria para hacer respetar a la autoridad y defender al pueblo[8].
Observando unos resultados de una encuesta que realizó el Programa de las Naciones Unidos para el Desarrollo (PNUD) acerca de la democracia en el Perú, podría aplicar un concepto de analfabetismo disfuncional porque ellos saben leer y escribir, pero no ejercen mecanismos democráticos, como juntarse para tomar decisiones, por desconocimiento o indiferencia. En Piura, el 45.49% no supo qué es democracia. No necesariamente el alfabetizado ejerce una mejor democracia, aunque reafirmo mi tesis que es un importante condicionante para hacerla efectiva, porque con pleno dominio de derechos y deberes y espíritu crítico es menos probable la manipulación.
No quisiera adelantar una postura acerca de la actividad minera en nuestra región, concretamente del Proyecto Río Blanco, pero una frase que propugna una ONG ambientalista llamada Agua, Desarrollo y Democracia me llama a la reflexión. “Sin democracia efectiva no hay competitividad que contribuya al bienestar de las mayorías, sin libertad no hay ciudadanía y sin agua limpia no hay vida ni dignidad”. Los ronderos de Pacaipampa, uno de los distritos de influencia del proyecto minero, donde hay mayor número de analfabetos sabrán de estos conceptos o sólo entenderá la última línea, “sin agua limpia no hay vida ni dignidad”. La consulta popular que convocaron, bajos mecanismos tan democráticos, fue parcializada por una desinformación. No entraré a detalles de las ventajas o desventajas de la mina. Lo que les preocupa a los ayabaquinos y huancabambinos son sus recursos naturales, el miedo de perder la belleza paisajística que contemplaban sus antepasados.
Las masas analfabetas tienen un nivel económico muy bajo, su ignorancia no les permite mejorar su economía, sus técnicas de trabajo son las mismas que aprendieron por tradición; no conocen qué recursos naturales tienen a su alcance para buscar otros medios de vida, no tratan ni aspiran a aprender nuevos oficios, en fin, no tienen iniciativa ni aspiraciones en este sentido[9].
Muchas veces los grupos analfabetos no aceptan el sistema sanitario moderno de higiene, prevención y curación, sino que siguen los medios de superstición, en la mayoría de los casos perjudiciales. Sin que esto signifique desacreditar su legado cultural, religioso y costumbrista.
El sociólogo piurano Manuel Burgos Cabrejos se apoya en la tesis del brasilero Paulo Freire, quien hasta diseñó un programa de alfabetización como mecanismo de liberación que es revalorado en Europa. Freire dijo: “Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado”. Este método no aplica el Pronama, pero el Gobierno asegura llegar a la meta.
Si una persona que no sabe leer ni escribir, no puede entrar a la cultura y está limitado de los procesos de integración[10]. Como experiencia, Burgos Cabrejos indicó que más de 400 mujeres del asentamiento humano El Indio (Castilla) fueron alfabetizadas dentro de su ONG Asociación Pariñas, motivándolas con talleres de capacitación laboral. Para ello, superaron barreras machistas.
Venezuela experimenta cero analfabetismo. Gracias al método cubano, que la isla ha ofrecido gratuitamente a los países subdesarrollados, consta de 65 videoclases y no requiere maestros profesionales. Basta con alfabetizadores letrados de la comunidad instruidos por pedagogos cubanos u otros que conozcan el sistema.
El método cubano recibió el Premio Alfabetización 2006 Rey Sejong de la UNESCO, otorgado por un jurado internacional de expertos. Sí, un merecido galardón para un país no democrático. Ellos señalaron que aquel es "innovador, flexible, capaz de adaptarse a una variedad de situaciones geográficas, culturales y étnicas, que ha probado su eficacia en contextos sociales, rurales y urbanos, y en sectores con necesidades especiales". Venezuela, que erradicó el analfabetismo en dos años, alfabetizando a casi un millón y medio de personas fue la prueba de fuego de "Yo sí puedo". Pero el método se ha estado aplicando también con gran éxito en 400 000 alumnos de doce estados de México (cerca de 250 000 alfabetizados), en Mozambique (13 702) y en Ecuador (10 435)[11].
En el transcurso de este relato he venido construyendo una propuesta a mi problema. No es arremeter contra el trabajo de las ONG, pero valió la pena algunas particularidades sobre lo que defienden y transmiten a la población.
El Gobierno debe consolidar una política de estado que erradique el analfabetismo. Temo que venga otra gestión y tumbe el trabajo realizado y, esperemos que los frutos sean visibles al 2011. Si se consigue eso, es oportuna otra estrategia de consolidación para combatir el analfabetismo funcional. Las instituciones estatales deberían mantener una participación en estas comunidades rurales olvidadas (Segunda y Cajas es uno de las decenas de casos) para promover el conocimiento de derechos y deberes. Por ejemplo, reclamar bajo mecanismos democráticos y querer ser escuchados no implica trasgredir libertades de otros, como la toma de carreteras o destrucción de instalaciones públicas. La violencia en todo su esplendor. Más aun cuando Defensoría del Pueblo advierte 80 conflictos mineros latentes en el país.
El tema de responsabilidad social que adopta toda compañía minera tampoco implica migajas. Muchas veces regalan libros o cuadernos sin saber que no leen o tienen deficiencias en comprensión lectora. De obtener pobladores alfabetizados e involucrada en la democracia participativa, serán ellos mismos quienes vigilen la explotación minera (de haber licencia social) con juicio crítico.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES:

En conclusión, sea cualquier método, urge erradicar el analfabetismo porque cada vez los piuranos de la sierra son marginados de un sistema que promueve la democracia. Hay quienes se aprovechan de su condición para exacerbar ánimos con matices violentistas, amparando una falsa democracia llena de desinformación. Fuera de las ventajas y desventajas de un proyecto minero a tajo abierto, creo en una democracia participativa de iguales condiciones donde sin manipulación puedan opinar todos y no unos cuántos, pues al final son ellos los beneficiados o perjudicados. El Estado debe preocuparse por estos sectores marginados con políticas eficaces. Esperemos que el Pronama rinda sus frutos y no suceda lo mismo, venga otro Gobierno y por cuestiones burocráticas se reestructure por pareceres personales.A manera de sugerencia, no debe despreciarse el método cubano o del brasilero Freire que promueve una alfabetización de liberación. No repeticiones de palabras o frases, sino creación propia. Más este, es el adecuado hacia una verdadera democracia participativa.

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[1] FUENTE: INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA E INFORMÁTICA (INEI). Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) 2001-2003.
[2] RIVERO DE JIMÉNEZ, Gladys. Centro Regional de Educación
Fundamental para la América Latina.
[3] ZAMALLOA, Eulogio. “Analfabetismo en el Perú”. Pág. 181
[4] BETANCOURTH, Enrique http://www.crefal.edu.mx/bibliotecadigital/CEDEAL/acervo_digital/colecc
[5] PENTIERRA, Evaristo. “La ilusión del analfabetismo cero”. www.perupolitico.com
[6] GUERRA, Ángel. Artículo La Jornada en Foro-Red Freire Perú
[7] ZIMMERMAN, Joseph F. (1992). “Democracia Participativa: el resurgimiento del Populismo”.
[8] CADE 2006. “Igualdad de oportunidades y diversidad”. Lima, 2006.
[9] RIVERO DE JIMÉNEZ, Gladys. Centro Regional de Educación
Fundamental para la América Latina.
[10] BURGOS, Manuel. Sociólogo de la Universidad Nacional de Piura.
[11] BETANCOURTH, Enrique http://www.crefal.edu.mx/bibliotecadigital/CEDEAL/acervo_digital/colecc

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